¿Te hacen daño tus deportivas? ¿Notas que te aprietan en exceso?
Es hora de acabar con la molestia de sentir que el calzado te aprieta demasiado, ya sea porque tus pares son de una talla menos, porque el material te oprime o porque el tipo de zapato te produce roces. Existen múltiples trucos que te ayudarán a ensancharlos para que tu pie se sienta libre y cómodo dentro del zapato. Sigue leyendo y descúbrelos.
En primer lugar, te proponemos probar con un par de medias gruesas, un secador y, como no, los zapatos que te aprietan. Lo principal es saber cuál es la parte del zapato que más te aprieta, si es la zona de la punta, del tobillo o los laterales. Es básico saberlo porque así será mucho más fácil de detectar el área que hay que agrandar.
Una vez tengas la zona que te estruja localizada, ponte las medias gruesas en los pies y los zapatos. A continuación, coge un secador y aplícale aire caliente en el área donde más te oprime el zapato y mantén esta posición por lo menos durante 30 segundos, aproximadamente. Mientras focalizas el aire caliente hacia el zapato, ve moviendo poco a poco los pies para ayudar a que el material se ensanche gracias a tu propia presión.
¿Ves como poco a poco se han agrandado los zapatos? Repite el truco hasta que te sientas totalmente cómodo con tu calzado.
2.
Otro truco similar que puedes utilizar es colocarte unos calcetines gruesos y andar por casa antes de salir a la calle con tus nuevos zapatos. Hazlo cada día y verás como poco a poco va cediendo el material y el pie se va acomodando a tu nuevo calzado. Aunque esta opción toma un poco más de tiempo en hacer efecto, los resultados son igualmente efectivos.
3.
Para superar el mismo problema pero esta vez de unas sandalias, también existe un truco que puede ser útil para evitar que te aprieten. ¿Cómo? Utilizando crema hidratante como la que usas para tu piel.
Frota las tiras de la sandalia por el interior con este cosmético y a continuación póntelas. Conseguirás que el pie quede ligeramente húmedo y por lo tanto resbale, lo cual evitará que la sandalia apriete más de la cuenta. Y por si fuera poco, los hidratarás a la misma vez. ¡Una excelente idea!
4.
La humedad puede convertirse en la mejor aliada para ensanchar tu calzado, ya que conseguirás ablandar el material y este cederá con mayor rapidez. Para llevar a cabo este truco deberás primero ser consciente del material del zapato para no dañarlo, por eso te recomendamos hacerlo solo con zapatos de piel.
Deberás humedecer el interior del calzado utilizando un paño mojado y a continuación ponértelo y andar. Este truco es ideal para verano, pero en la época más fría no es recomendable. En ese caso, puedes colocar el zapato dentro de un recipiente que contenga agua caliente para que el vapor ayude a ensanchar la piel y lograr el efecto deseado: que no aprieten los zapatos.
5.
Otra buena opción para agrandar los zapatos de piel y evitar que aprieten al calzarte, es colocar el zapato dentro de una bolsa de plástico y meterlo en el congelador, por lo menos, durante una noche. Lo que conseguirás será que la piel ceda y que el zapato se ensanche. Este es uno de los trucos para hacer que los zapatos no aprieten más simples y clásicos.
Póntelos nada más sacarlos del refrigerador y notarás como ya no te duelen. ¡Una maravilla!
6.
Debes saber también que existen dilatadores y productos químicos que te ayudarán a ensanchar el zapato. Eso sí, para utilizarlos es mejor consultar primero con un profesional, ya que pueden causar irritaciones u otras afecciones.
Y como no, siempre puedes acudir a un zapatero que te ayude a estirar los zapatos. Estos profesionales cuentan con hormas, una máquina específica, con la que conseguirán agrandar el calzado para evitar que te apriete. Generalmente, se debe dejar el zapato unas 24 horas en la horma para que esta ejerza la presión adecuada (que irá aumentando progresivamente) a la parte que más te aprieta. Para que el zapato se adapte rápidamente a su nueva forma, es aconsejable usarlos en cuanto te los entreguen. Verás como enseguida notas que ya no te aprietan.